domingo, 7 de octubre de 2012

De como regular el espacio público


Antes de intentar regular el espacio público es primordial definir lo que comúnmente identificamos como tal, diferenciar lo que realmente es y la necesidad o no de educar a la ciudadanía al respecto. Su función primaria es innegable: ser espacio de tránsito, es decir, permitir el paso de un lugar a otro. En esta cesión de espacio se crean sitios de encuentro necesarios también para transitar. Lo que nos lleva a su segunda función, esta vez meramente política: ser un espacio de encuentro. Es allí donde se derivan las funciones adicionales que se le pueda otorgar y usar para influenciar de una manera u otra a la ciudadanía.

Además del espacio público, legalmente comprendido como el espacio que maneja el Estado, existe el espacio privado de uso público. En Guayaquil ese espacio es vital pues comprende todos los soportales de la ciudad.

En el conocimiento colectivo, el espacio público no sólo comprende calles, veredas, plazas y parques, sino que, en un sentido más amplio, puede incluir: sistemas de transporte y sus terminales; centros culturales, universidades, colegios y escuelas estatales; centros comerciales, mercados y edificaciones religiosas. Aunque legalmente estos espacios no son públicos, la percepción de los habitantes es distinta, los incluye dentro del catálogo de lo público, de los espacios que pueden ser y, en ciertos casos, son utilizados por todos.

Esta interpretación es el resultado de un análisis llevado a cabo por estudiante de arquitectura de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), cuyo interés no fue encontrar una definición de tipo legal, sociológica o sicológica; se limitó a percibir hasta dónde, de manera espontánea,  los habitantes de la ciudad pueden llevar sus deseos de apropiación del espacio. Ignorando conceptos como propiedad y legalidad. Los estudiantes se enfocaron en la relación existente entre persona y lugar.

La existencia de espacios públicos adecuados para el ocio, la recreación, el deporte y la cultura en una ciudad son un indicador de la calidad de vida que ésta ofrece. Los gobiernos regionales y seccionales están en la obligación de proveer estos espacios y mantenerlos. Más importante que la capacidad del gobierno de proveer los espacios, es la capacidad de apropiación de los espacios públicos por parte de la ciudadanía, pues de esto depende su subsistencia. Y empieza el problema: si el espacio público le pertenece a todos por igual ¿quiénes tienen derecho a qué?

Si todos los ciudadanos fueran reales practicantes de la ley divina: articulo 1.2 Amar al prójimo como a ti mismo, no existiría necesidad de ninguna regulación ni para el espacio público ni para ninguna otra cosa. Aclaremos que esa seria la primera regulación. Como este no es el caso, la regulación del espacio público es totalmente necesaria y debería de aplicarse sin prejuicios. Por ejemplo, quién no ha transitado por las veredas de los diferentes barrios de la ciudad y le ha tocado seguir su camino por la calle (espacio asignado para vehículos, no peatones) debido a: un vehículo se encuentra parqueado sobre ella; han sembrado un bello mirto que ocupa toda el área de vereda, desde las 50cm hasta 1.5mt de altura; hay césped en la mitad de la vereda y 15 cm de hormigón a cada lado; la cerca ocupa la vereda, etc.

Ahora hablemos de los grafitis. ¿A Ud. le gustaría que llegue su jefe o un niño o un ser cualquiera, se le acerque, marcador en mano, y sin emitir señales o palabras le pinte una estrellita en la frente, lo consideraría Ud. una invasión de su espacio privado, de su piel? ¿O sólo protestaría en caso de que le pinte un garabato fálico? En tal caso el contenido no cambia el resultado pero la forma sí lo hace. Si la persona se acerca con un boceto en su mano y le solicita permiso para realizar el dibujo en su frente, Ud. tendría la opción de regular la intervención. Si le gustan los garabatos permitirá que le dibujen uno.

Con esto llegamos al problema mayor en caso de la regulación: ¿QUIÉN ejerce el poder de regulación? Más allá de que existan leyes para hacerlo, pues en el caso del arte implica la imposición de una estética en la ciudad que difícilmente puede ser redactada en formato ley. La persona que tenga ese cargo deberá ser honesta en cuanto a sus conocimientos y el alcance de los mismos, solicitar opinión a expertos en caso de ser necesario, tener mente abierta a todas las posibilidades que se presenten. Saber qué espacios son apropiados y para quién, pues si bien todos tienen derecho a usar el espacio público, todos tenemos derecho a una estética de calidad en ese mismo espacio público. 

Publicado en: 
Cartón Piedra, no 34, 10 junio 2012

domingo, 7 de agosto de 2011

Inclusión de Servicios Ambientales en la Ciudad Como Método para Promover Desarrollo Sustentable, caso Guayaquil

Inclusión de Servicios Ambientales en la Ciudad Como Método para Promover Desarrollo Sustentable, caso Guayaquil

Valentina Brevi

Desarrollo Sustentable, MGP, ESPAE, Guayaquil, Ecuador,  vbrevi@yahoo.com

Resumen
El objetivo de este artículo es investigar  por qué los servicios ambientales deben ser incluidos en la planificación urbana. Se investigó los servicios ambientales en relación al ser humano y la historia del desarrollo de la ciudad. Se observó como ejemplo el desarrollo urbano, los espacios públicos y ordenanzas municipales en Guayaquil. La inclusión de los servicios ambientales en la ciudad promueve el desarrollo de una sociedad sustentable con conciencia ambiental.

Palabras clave: Servicios Ambientales, Desarrollo Urbano, Ciudad, Guayaquil

Introducción

¿Qué es servicio ambiental? Saar Van Hauwermeiren define servicio ambiental como “los procesos naturales que mantienen el funcionamiento de la biosfera o el soporte de la vida.”Es decir,  servicios que presta el medio ambiente para reciclar los desperdicios y para producir recursos naturales entre otras cosas. También incluye en su definición los servicios de esparcimiento y recreación que el medio ambiente da al ser humano: “Los atractivos que el medio ambiente ofrece para consumo directo”. Define atractivos como “espacio para la recreación, paisaje y vida silvestre para el disfrute estético.” [1]

El desarrollo sustentable y el cambio ambiental exigen tomar medidas drásticas sobre nuestra forma de vida y comprensión del mundo que habitamos.  Usar transporte público, apagar las luces cuando no se necesitan,  reciclar los plásticos, elegir productos locales, está probado que ayudan pero no solucionan.  El calentamiento global exige un cambio mayor en nuestra relación con el planeta, la forma como usamos el medio ambiente y el espacio que habitamos.

Si bien las áreas verdes o zonas naturales dentro de espacios urbanos no son suficientes para cumplir con los objetivos de mantener el funcionamiento de la biosfera[2], si cumplen con el objetivo de recreación y paisaje para el disfrute estético. 

El hombre y la estética

La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica.
Jorge Luis Borges

Es parte de las necesidades humanas rodearse de belleza, independientemente de la definición de belleza en el tiempo-espacio que el hombre habita. Es parte del instinto humano asociarse con personas que encuentra atractivas, vivir en espacios que considere visualmente bellos.  La naturaleza ha sido a lo largo de la evolución del ser humano un referente de belleza inamovible y en casos inalcanzable.

“Urban naturalism, the insertion of the picturesque into the city and into architecture, as the increased importance given to landscape in artistic ideology all tended to negate the now obvious dichotomy between urban reality and the reality of the countryside. They served to prove that there was no disparity between the value accredited to nature and the value accredited to the city as a productive mechanism of new forms of economic accumulation.” [3] 

Manfredo Tafuri en Arquitectura y Utopía desarrolla la historia de la relación entre sociedad y ciudad desde la economía.  A fines del siglo 18 y principios del siglo 19, durante la revolución industrial, las ciudades se transformaron y se formaron. El concepto y la forma de ciudad que aceptamos hoy, fue desarrollado durante la revolución industrial.

El crecimiento indiscriminado de las ciudades, el boom poblacional debido mayormente a la migración hacia la ciudad, la falta de recursos y de visión a largo plazo por parte de los gobiernos, la prioridad en la acumulación de bienes,  las utopías de ciudad futura desarrollado por arquitectos y artistas, todos ellos contribuyeron al calentamiento global tanto como las maquinas que los invadieron.

El proceso de transformación del espacio no se da de inmediato. Necesita entre 20 y 30 años para idearse y unos 10 años mínimo para consolidarse físicamente.  Sin embargo tampoco es un proceso continuo. Acontece cuando el hombre y la sociedad se ven amenazados por catástrofes naturales o cambios de orden socio-político. Durante la revolución industrial se dio este proceso de cambio y lo vivimos hasta nuestros días.

Sin embargo el ser humano necesita un tiempo de adaptación. A principios de la revolución industrial se dio una migración masiva del campo a la ciudad. El hombre estaba acostumbrado a vivir junto o entre la naturaleza. De ahí la necesidad de llevar lo orgánico, la naturaleza a la ciudad. Los arquitectos del siglo 19 se esforzaron en planificar ciudades orgánicas y edificios basados en la estructura y forma de la naturaleza que les resultaba familiar. Es a inicios del siglo 20 que la fascinación con las maquinas se apodera del diseño. Dos siglos después de esta adaptación se pueden observar en campos abiertos entre arboles y sembríos casas y construcciones que parecen extraídas de la ciudad sin relación alguna al ambiente que las rodea.  

Hasta la fecha no se ha dado otro cambio en la relación hombre-espacio.  Si bien el internet, la comunicación y el espacio virtual auguran una nueva realidad física-espacial, esta aun no se materializa por completo. La crisis del calentamiento global y la aplicación de la economía ecológica a los sistemas de comercio pueden dar empuje al proceso de transformación.

La relación del hombre con el espacio que habita no solo tiene implicaciones en sus necesidades y hábitos físicos como usar el bus o auto vs caminar,  cocinar en el interior de la misma casa donde duerme, etc. Sino que tiene implicaciones en la forma como el cerebro recibe y procesa información, en la comprensión que el ser humano tiene del mundo que lo rodea,  en la relación que tiene con la naturaleza.

 La sociedad puede ser manipulada por el espacio donde habita, casi como los ratones de pruebas. Esto sucede independientemente  del nivel de conocimiento del individuo. Como muestra: comportamiento de habitantes en el Malecón 2000 de Guayaquil, previo a la regeneración urbana y post regeneración urbana. Independiente del efecto estético y espacial hacia la ciudad formalmente,[4] el efecto estético al interior del Malecón 2000 logró un cambio en el comportamiento de los habitantes, por ejemplo solo botan la basura en los tachos asignados.

Así también usamos sistemas de transporte de acuerdo al diseño de los mismos en la ciudad. En lugares donde existen ciclo vías es más probable que la gente se movilice en bicicletas. Donde hay transporte público estructurado y eficiente los habitantes tienden a dejar sus autos en casa.

La inserción de los servicios ambientales reglamentados como espacios recreativos para el disfrute estético en las ciudades y zonas cercanas  a las poblaciones tanto rurales como urbanas debe ser una prioridad para la transformación de la relación medio ambiente - sociedad, naturaleza - hombre.

Quien haya podido vagar por el quinto piso del centro Pompidou, bajo la gran nave que se asoma sobre Paris, entre los modelos, los diseños y las planimetrías, habrá comprendido que la revolución industrial no ha sido otra cosa que una broma (lectura totalmente mumfordiana) respecto de su verdadero inducido: la revolución urbana.[5]




Guayaquil: ciudad, manglar y cerros

En el caso de Guayaquil, el crecimiento urbano en las 12.161 hectáreas restantes se encuentra limitado porque una parte de ellas están distribuidas en zonas protegidas (5.800 hectáreas de áreas naturales no habitables),  como cerros y manglares, así lo revela una evaluación demográfica realizada por la Dirección de Ordenamiento Institucional Territorial (DOIT) del Municipio, a través de su Departamento de Estudios.[6]


Dibujo 1[7]



El dibujo 1 muestra en colores el área urbanizada de Guayaquil rodeada de servicios ambientales representados por el blanco. El dibujo 2 muestra en negro los manglares y cerros en la ciudad y sus límites.  Estos dibujos fueron realizados con el fin de conocer las  relaciones entre la ciudad, los esteros, el rio y los cerros.




Dibujo 2 [8]



En ambos dibujos se puede ver claramente que los límites urbanos de la ciudad están dados por servicios ambientales. Los mismos que han sido invadidos continuamente desde la fundación de de la ciudad. (La serie de dibujos esta publicada en:http://disenoixmanglar.blogspot.com/2008/06/segunda-parte-del-proyecto.html) Demostrando así la estrecha relación que existe en la ciudad con los servicios ambientales. Guayaquil pasó de ser una ciudad pequeña en los años 50 con 200mil habitantes  a una ciudad de 2 millones de habitantes en un periodo de 50 años. En territorio de 1.300 hectáreas creció a 17.280 hectáreas urbanizadas. Lo que se traduce a 15mil hectáreas de servicios ambientales destruidos en un periodo de 50 años.

En Guayaquil el espacio es limitado, subutilizado y mal distribuido. Los servicios ambientales que están proclamados como zonas protegidas siguen siendo invadidos. Inclusive actualmente el factor invasión de servicios ambientales se lo toma en cuenta a la hora de zonificar el uso de suelos de la ciudad y planear su crecimiento. Las propuestas de desarrollo urbano para vivienda popular, media y alta siguen modelos horizontales de principios del siglo pasado como Levittown[9] menos las amenidades y áreas verdes. Ejemplos de estas propuestas son Mucho Lote, Valle Alto y Laguna Club. Ocupan grandes áreas de terreno y no abastecen la demanda de vivienda en la ciudad.

Para el desarrollo urbano de viviendas existen ordenanzas municipales que requieren áreas designadas a parques según la densidad poblacional, y retiros frontales y posteriores (en algunos casos laterales) de las viviendas. Las áreas verdes o zonas municipales no siempre son desarrolladas como tales, también pueden ser utilizadas para canchas deportivas, juegos infantiles  o estar divididas en parterres o áreas demasiado pequeñas como para sembrar UN árbol.  

Los retiros no son planeados adecuadamente y ni siquiera son utilizados como jardines proveedores de sustento al igual que en la ciudad amurallada o en las zonas rurales actuales, sino que se convierten en pasillos y espacios construidos a escondidas de las autoridades. Se han convertido los servicios ambientales que rodean a Guayaquil  en el equivalente a la muralla de las ciudades del Medioevo.

Cerros que son invadidos con viviendas inadecuadas o son explotadas sus canteras hasta su desaparición. Esteros y ríos contaminados a los que la ciudad da la espalda y usa como espacio residual. Se mencionó anteriormente el caso del malecón y el rio. El estero a diferencia del malecón  es borde no tratado. La retícula de la ciudad avanzó sobre el eliminándolo mientras pudo. El estero en Guayaquil no es percibido como espacio de recreación ni siquiera como espacio público sino como terreno desperdiciado al que hay que sacar ventaja. (Excepción a esta tendencia fueron las urbanizaciones de Urdesa, Miraflores y la Nueva Kennedy)

“El bosque urbano, los prados y los parques tienen obviamente un gran valor estético y recreativo, funcionan como reductores de los calores extremos, de los ruidos y de otros tipos de contaminación.”[10]

Actualmente las ordenanzas municipales sobre porcentaje de espacio público, áreas verdes y retiros varían según la clase social a la que está destinada la urbanización. Así un desarrollo habitacional con terrenos de más de 300m2 requiere mayor porcentaje de área verde y retiros más amplios que uno con terrenos de 100m2. A esto se debe agregar que en las urbanizaciones cerradas son los reglamentos internos los que disponen la distancia de retiros y cantidad de áreas verdes.

Si las áreas verdes dentro de la ciudad son declaradas servicios ambientales, los gobiernos seccionales podrían exigir el uso de retiros  en viviendas y edificios para ese destino. No es suficiente que los reglamentos municipales dispongan de un porcentaje construible dentro del terreno sino que se exija un porcentaje de área verde propiamente iluminada. Las zonas determinadas como municipales para parques pueden ser ampliadas y deben ser diseñadas de tal manera que se pueda realizar una arborización adecuada al clima y con las respectivas facilidades de mantenimiento.

La arquitectura desde la era industrial responde a necesidades económicas. Sin embargo los principios del buen diseño están dirigidos a crear espacios que se relacionan con el medio ambiente en que existen. Incluir los servicios ambientales en la arquitectura aportaría a llevar la economía ecológica hacia el cliente. Si se regula el uso y la producción de estos dentro de la ciudad, los arquitectos están en capacidad de responder con diseños adecuados y el deseo regular del cliente de maximizar el uso del terreno estaría limitado.   

El urbanismo actual propone comunidades pequeñas incluso dentro de la ciudad que contengan todas las necesidades básicas y elimine el uso del automóvil dentro de un área determinada. Estudia el rol de los parques y áreas públicas dentro de la ciudad y la inclusión de estos espacios públicos dentro del espacio privado.

Mantener la ciudad que existe ocupada y en movimiento evita el uso de suelo fuera de la misma. Es necesario controlar de manera eficiente el crecimiento indiscriminado de la ciudad. Proteger los servicios ambientales que la rodean. Reactivar los que existen dentro de ella y examinar las posibles oportunidades de integrar vivienda en zonas abandonadas por oficinas e industrias.

En el centro sur de Guayaquil comprendido entre la Bahía y el barrio Centenario, existen cientos de edificios abandonados que necesitan rehabilitación y pueden ser usados como vivienda, oficinas, zonas comerciales, áreas de ocio. ¿Por qué en Guayaquil permite la invasión de los servicios ambientales y no de los edificios abandonados?

Incentivar la ubicación de industrias en poblaciones menores fuera de la ciudad. Crear sistemas de transporte público eficientes que comuniquen las zonas pobladas entre sí. Podrían ser soluciones para evitar el continuo crecimiento de la ciudad, así Cerecita, Progreso, Nobol, Milagro, pueden ser desarrolladas como centros urbanos sin descuidar el uso del medio ambiente alrededor de estas ciudades.


Compra - Venta de Servicios Ambientales

New York City is a case in point. Before it became overwhelmed by agricultural and sewage runoff, the watershed of the Catskill Mountains provided New York City with water ranked among the best in the Nation by Consumer Reports. When the water fell below quality standards, the City investigated what it would cost to install an artificial filtration plant. The estimated price tag for this new facility was six to eight billion dollars, plus annual operating costs of 300 million dollars — a high price to pay for what once was free. New York City decided instead to invest a fraction of that cost ($660 million) in restoring the natural capital it had in the Catskills watershed. In 1997, the City raised an Environmental Bond Issue and is currently using the funds to purchase land and halt development in the watershed, to compensate property owners for development restrictions on their land, and to subsidize the improvement of septic systems. [11]  

Los servicios ambientales comprendidos en su función básica, son grandes extensiones  de terreno que contienen un ecosistema sano.  En internet la definición de servicio ambiental está estrechamente ligada a la capacidad de compra y venta del mismo. Con varias especificaciones sobre el contenido del ecosistema, los requisitos de vigilancia, mantenimiento etc.

Si nos limitamos a definir servicios ambientales como un pedazo de terreno de mayor o menor área que mantiene un ecosistema y por lo tanto es negociable a nivel internacional, corremos el riesgo de vender todo el país. 

Art. 74.-Las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades tendrán derecho a beneficiarse del ambiente y de las riquezas naturales que les permitan el buen vivir. Los servicios ambientales no serán susceptibles de apropiación; su producción, prestación, uso y aprovechamiento serán regulados por el Estado.
Proyecto de constitución 2008

El pago por servicios ambientales se lo asocia con medidas de salvamento de ambientes ya destruidos o en peligro como el caso del sistema de agua de Nueva York. En Costa Rica requieren mínimo una hectárea de bosque para proceder al PSA.

A diferencia de la venta de servicios ambientales existentes, la negociación de servicios ambientales urbanos puede no solo generar un ingreso al país sino que generaría trabajo en construcción, generación y mantenimiento de los mismos. Desde las pequeñas poblaciones hasta las grandes ciudades se pueden ver beneficiadas al recibir dinero para su reestructuración hacia ciudades sustentables.

El PSA a las ciudades pudiera tener en el siglo 21 el efecto que las maquinas tuvieron en la ciudad del siglo 19. Transformando no solo la forma y los servicios de la ciudad sino el comportamiento de sus habitantes. 

Las áreas verdes y ecosistemas que se encuentren dentro y cerca de la ciudad deben ser consideradas  un servicio ambiental, de esa manera el crecimiento urbano actual se transformaría para evitar la expansión hacia estas áreas protegidas que proveen servicios ambientales. El incremento de áreas verdes dentro de la ciudad generaría un movimiento de dinero que beneficia a toda la sociedad y no solo a los dueños de grandes extensiones de terreno.


Conclusión

El desarrollo sustentable del espacio que habitamos debe ser considerado en su totalidad como parte de la economía ecológica. No solo el ambiente que usamos para esparcirnos, bosques montes, lagunas etc. Ni el espacio especifico de la casa que habitamos, si no la ciudad, los pueblos, la comunas y la comunicación entre ellas.  El rescate completo  de la hidrografía urbana, prohibición de relleno de esteros y quebradas. El saneamiento de las zonas en riesgo y el mantenimiento por parte de sus habitantes. Son elementos valorables a corto plazo que generarían una transformación en la relación hombre-medio ambiente.



Bibliografía

Action Bioscience

Banham, Reynar. Theory and Design in the first Machine Age. 1992

Bettini, Virginio. Elementos de Ecología Urbana.1998 Pág. 67

Carbon Info

Cuenca Digital I. Municipio de Cuenca

Data 360

FONAFIFO Fondo Nacional de Financiamiento Forestal Costa Rica

Handelsman, Michael. La globalización desde la mitad del mundo. 2005

Hoff, Brishen. National Geographic Ignores Overpopulation.

IUCN. Se crea en Ecuador la Secretaría Nacional del Agua

Katoomba Group

Levittown Historical Society

Muñoz, Ana Cristina. Análisis de Guayaquil

Odum, 1983, citado por Bettini, Virginio. Elementos de Ecología Urbana. Pag 314

Parcerisa Bundo, Josep y Rubert de Ventos, Maria. La ciudad no es una hoja en blanco. 1963

Pazmiño, Carlos Luis. Análisis de Guayaquil

SIREFOR Sistema de Información de los Recursos Forestales Costa Rica

Tafuri, Manfredo. Architecture and Utopia, Design and Capitalist Development. 1976. Pag 8

Van Hauwermeiren, Saar. Manual de Economía Ecológica. Pago 33

Villavicencio, Gaitán. Diario El Telégrafo. Guayaquil crece sin control hacia el oeste, 20 de julio de 2008.




[1] Van Hauwermeiren, Saar. Manual de Economía Ecológica. Pag 33



[2] Un auto promedio emite 6 t. de CO2 al año que necesitan de 500 árboles para ser absorbidas en el mismo periodo.   http://www.data360.org/graph_group.aspx?Graph_Group_Id=363 


[3] Tafuri Manfredo, Architecture and Utopia: Design and Capitalist Development. Pag 8


[4] El Malecón 2000 crea una muralla entre la Ciudad y el rio Guayas, desvinculando la ciudad con su medio ambiente e historia.


[5] Bettini, Virginio. Elementos de Ecología Urbana. Pág. 67


[6]Guayaquil crece sin control hacia el oeste, 20 de julio de 2008,  tomado de El Telégrafo en línea.


[7] Análisis de Guayaquil realizado por Ana Cristina Muñoz


[8] Análisis de Guayaquil realizado por Carlos Luis Pazmiño
Ambos proyectos desarrollados en Diseño Arquitectónico 9 bajo mi tutoría.


Levittown fue uno de los primeros suburbios a gran escala, lleno de promesas de una vida tranquila a una distancia razonable de la gran ciudad donde el padre de familia podía trabajar.


[10] Odum, 1983, citado por Bettini, Virginio. Elementos de Ecología Urbana. Pag 314